La sala era un espacio que se mantenía siempre limpio y cerrado, mientras que su acceso se encontraba limitado a los miembros de la familia. Se considerada un lugar de convivencia para atender a las visitas y compartir con otras familias, vecinos, amigos y personalidades del pueblo como el cura, el maestro y figuras políticas, lo que permitía que se desarrollaran conversatorios sobre el control de la familia y aspectos relacionados con la vida cotidiana de los pueblos.
Aquí se celebraban actividades festivas familiares tales como en tiempos de navidad, la confección de los portales, la atención a las visitas que llegaban a conocer el portal familiar y el rezo del niño. Otras funciones son las relacionadas con el ciclo de la vida como el recibimiento de novios, las fiestas matrimoniales y la vela de los muertos. Por lo general su mobiliario es sencillo y sus paredes se decoraban con fotografías de la familia e ilustraciones impresas, muchas de ellas de contenido religioso.