Este espacio rodeaba la casa y su tamaño dependía de las posibilidades económicas de la familia y de su ubicación rural o urbana. Algunas de las construcciones tradicionales en estos espacios eran la troja para guardar los instrumentos de trabajo agrícola, la acequia y la pila para el aprovisionamiento de agua y el escusado para las necesidades fisiológicas. En estos espacios se cultivaban plantas medicinales, ornamentales y cultivos para solventar las necesidades del consumo cotidiano familiar. La propiedad era resguardada y delimitada por tapias de bahareque, muros de piedra, cercas vivas de itabo, amapola y caña india entre otros.
Al frente de casa se ubicaba el jardín, que era una actividad a cargo de la mujer, donde mantenía plantas ornamentales y medicinales, enredaderas, lo que le daba una presentación alegre para dar bienvenida a los visitantes y a los transeúntes que pasaban frente a la casa.