El Museo de Cultura Popular está ubicado en el distrito de Santa Lucía, en el cantón de Barva, en la provincia de Heredia. La propiedad en donde se encuentra la sede del museo, es parte de una finca cafetalera que perteneció a la familia del expresidente Alfredo Gonzáles Flores en un período cercano a la transición del siglo XIX al XX.

Surgió como resultado del desarrollo de iniciativas de investigación y extensión de la Universidad Nacional de Costa Rica. Su apertura al público se realizó en febrero de 1994. Actualmente, el museo es un programa de investigación y extensión permanente de la Universidad Nacional (UNA) adscrito a la Escuela de Historia, su propósito es materializar el vínculo Universidad–Sociedad costarricense, en su intención de contribuir al desarrollo y el mejoramiento de la calidad de vida de la población, tal como lo definen las políticas de extensión de la UNA. Para conocer más en detalle, la historia y conceptualización del museo.

 

 

El principal objeto de estudio del Museo de Cultura Popular, ha venido a convertirse en una noción reivindicativa de la nueva museología para otorgar un espacio de legitimación a las prácticas y saberes populares tradicionales de los sectores subalternos. Estas prácticas tienen lugar en la Región del Valle Central de Costa Rica, entendiendo la región como una comunidad discursiva en la que se tejen entramados de intersubjetividades. Son comunidades discursivas en las que se comparten actitudes, formas de ver el mundo, problemas, desafíos y no como espacio político administrativo establecido por las estructuras de poder.

La cultura es dinámica, colectiva, no neutral y tiene un compromiso político con la ciudadanía, en relación al respeto y tolerancia a sus Derechos Humanos. La recuperación de prácticas y saberes ancestrales, responden al interés del museo de contribuir con el mejoramiento de la calidad de vida de la ciudadanía. En términos de su objeto de estudio, el museo orienta su quehacer en torno a la noción de patrimonio intangible, el cual es reconocido como un factor de integración y desarrollo social en las comunidades. Se propone beneficiar a la sociedad mediante la recuperación de conocimientos y saberes de los cultores populares, por medio de la puesta en marcha de acciones que buscan la revalorización del patrimonio y su usufructo responsable a través del desarrollo de estrategias compartidas entre los profesionales del museo y las comunidades.

La gestión museológica del Museo de Cultura Popular se fundamenta en: la función de Preservación entendida como las estrategias de documentación, conservación y restauración llamadas a proteger la memoria histórica; la función de Comunicación, encargada de difundir y enseñar la información relacionada con el patrimonio a las diferentes audiencias a través del uso de diversos medios y estrategias que favorezcan la comunicación dialógica con los públicos. La función de Investigación está basada en la recuperación y el análisis de la información fiable y explícita relacionada con las colecciones y el estudio del patrimonio. Finalmente, destaca la función de Reactivación mediante la cual se desarrollan las estrategias para integrar a la comunidad como socia y aliada del museo en la preservación activa del patrimonio.

El museo es un espacio, donde se promueve la educación ciudadana, a través de la reflexión crítica y la comunicación dialógica en la que el visitante tiene un papel participativo en la construcción de los significados y de las experiencias vividas en el museo.