Los corredores de la casa, construida con una orientación de este a oeste, protegen de las inclemencias del sol, la lluvia y posibilita el desarrollo de actividades de la vida cotidiana aprovechando la luz natural al máximo. En este espacio se recibía, se escogía y se pilaba café. En estos lugares se ubicaban los escaños, poltronas y hamacas para disfrutar de tertulias, conversaciones, cuento de leyendas de sustos y aparecidos, así como las últimas novedades o chismes del pueblo.

Es un área de reunión informal que combina trabajo y ocio, como actividades de juego bajo techo para niños y adultos, cantar y tocar música, bailes con participación de vecinos y familiares.

Las barandas móviles, que se sitúan sobre el borde de los corredores servían de protección para evitar la entrada de animales; y a su vez ampliaban los espacios de trabajo, uniendo el área de cocina con el horno y el patio.